sábado, 5 de noviembre de 2011

Si por lo menos hubiera sido hecha en los setenta...


Toma 0. Pionera.

Poco decir de este intento de cualquiera sabe que. Solo que si, como pensé, me hubiera ido a los quince minutos del comienzo no hubiera sido la peor decisión de mi vida.

Es un pseudo-docudrama que pretende revindicar el papel de cinco directoras a lo largo de la historia del cine español. Como documental no aporta nada y como dramatización menos. He visto proyectos de primer año de estudios cinematográficos con más solera que esto. 

Esta historia es sólo un pataleo reivindicativo propio de los años setenta, donde, demasiadas veces, importaba el contenido y no el continente, pero lo que se reivindica, el contenido, ya está incluso manido. El papel de la mujer en el cine y en la sociedad en general ha sido, es y será el fruto de la educación en valores dicha sociedad y, por suerte, eso ha cambiado y parece seguir cambiando, pero, y aunque le pese a políticos y fanáticas feministas, el proceso es lento, sólido, pero lento. Ha habido pocas directoras como ha habido pocas mujeres con puestos de relevancia y cada vez habrá más directoras como habrá más mujeres que ocupen todo tipo de puestos en la sociedad, si bien espero que no sea como lo de los consejos de administración, es decir, por cojones y no por capacitación. Porque tanto en el cine como en el resto de actividades hay mujeres y hombres capacitados e incapaces, y espero que sea lo que se valore y no lo que tiene entre las piernas. Una sociedad desarrollada lo será no cuando el número de hombres y mujeres sea idéntico a todos los niveles culturales y sociales, si no cuando no importe su sexo para esos puestos.

Así que, menos pataleos y más calidad o, mejor aun, pataleos de calidad, pues me gustaría saber quien ha sido el o la responsable de que esto haya sido valorado con calidad suficiente para ser emitido en un festival.

Si don Rafael levantara la cabeza...


Como cada año, tengo la posibilidad de ir al Festival de Cine Europeo de Sevilla. Este año, a concurso, algo que le honra, pues muchos directores no entran en esa dinámica de ser juzgados mediante votos con una película que saben que va a tener acogida por los festivaleros, se ha proyectado 'Los muertos no se tocan, nene' firmada por José Luis García Sánchez y basada de en la novela de don Rafael Azcona.


Como película deja demasiado que desear. Por ejemplo desearía unos actores a la altura de los personajes, pues, salvo un par de honrosas excepciones, llamar a esas personas actores sólo se puede porque aparecen en los créditos como tal. Son personas que no se pueden poner en la misma categoría que la que en otro momento ocuparon los roles desarrollados por el gran Azcona, sobre todo por que los segundos tenían capacidad natural y capacidad de trabajo, algo que no tienen la mayoría de los de esta película, al menos una de las dos cualidades. También desearía que existiera un guion, ya que no existe; lo que hace las veces de guión es una burda adaptación de la novela y que, si no fuera por dicha base, la película pasaría de mala a insoportable. Lo único que soporta la historia son los ‘gags’ propios de don Rafael y que sólo esa mala hostia suya sabía darle la o las vueltas de tuercas necesarias para que la censura no supiera que hacer con ellas y nuestro intelecto se sintiera drogado por el mejor de los psicotrópicos. Por supuesto también hubiera deseado una buena dirección, de lo que fuera, de actores, de fotografía,… en incluso una dirección general como suele ser la manía de los directores de cine en este país nuestro donde esos individuos quieren hacer el guión, decir que óptica o que foco va allí o aquí o que quieren dirigir a actores. A lo mejor si García Sánchez hubiera hecho algo de eso la película no sería tan mala y, si lo hubiera hecho todo, a lo mejor podría haber sido buena.

Como homenaje a Rafael Azcona deja mucho que desear. Entiendo que unos compañeros de tertulia, reunidos alrededor de un buen vino, decidan homenajear al mayor genio que ha existido en el cine español, con el permiso de don Luis Buñuel, pero con el documental que se hizo con ellos, los compañeros, ya era suficiente y no había que denostar la memoria de nadie.

Esta película es el más claro ejemplo de por qué el cine español sigue donde está y no tiene mucha solución. Los mismos de siempre hacen lo mismo de siempre ayudados de los otros mismos de siempre. Los actores no se merecen en su mayoría dicho nombre si eso los compara a otros y los responsables que deberían no buscan nuevas caras, o curtidas, que den el nivel necesario. Los guionistas no lo son, son conecta-ideas sin autocrítica y del resto mejor ni hablar.

Conclusión, una pena.